martes, 29 de abril de 2008

Revelaciones

Acabo de estar con M. en el Starbucks. Volvíamos caminando por las calles oscuras de San Borja, yo aún con el sabor de té en la boca y ella ligeramente hiperactiva por el expresso macchiato. Esta fue la esquizofrénica conversación:

M.: Alex, verdad, ¿cuándo es tu cumpleaños?
A.: Yo no existo, nunca nací.
M.: Ya pues!
A.: En serio...soy como...hmmm...
M.: Un holograma!
A.: Sí. Una ilusión óptica.
M.: Ok. Ya pues, no me obligues a ver en el hi5.
A.: Ah, bueno, ahí puse una fecha aproximada de la época en la que fui "inventado".
M.: Oye, verdad, las fechas en realidad son sólo aproximaciones, los años fueron calculados, pero nadie sabe con certeza los tiempos exactos de todo. El nacimiento de Jesús lo han calculado, pero no se sabe con exactitud.
A.: No, pues. Dios nos va a castigar por celebrar las cosas en fechas erradas.
M.: Sí, alucina.
A.: Es más, fácil le jode que vayamos a misa los domingos...fácil para él es lunes y está chambeando. Y fácil le jode, pues...
M.: ...
A.: ...

Creo que no puedo comentar más sobre el asunto. Dudas, sugerencias e insultos...otro día, por favor.

P.D. El color que le puse a M. es porque ella es toda una lady. Espero que el color sea de su agrado.

Cafetalero

Una de las cosas que disfruto en la vida es conversar. Bueno, en realidad disfruto escuchar. La gente siempre tiene algo interesante qué decir. Y bueno, para mí los complementos perfectos de una buena conversación (además del alcohol, obviamente) son el café y el tabaco.
Es por eso que me confieso adicto al Starbucks. Hace ya unos años que voy regularmente. Sólo o acompañado. Por épocas tuve (y tengo) el grupo fijo para el café. Algunos grupos se diluyeron naturalmente. Otros fueron mas bien mutando. El Starbucks fue hasta testigo de algunas primeras citas. Y no es exactamente por el café por lo que voy (eso ya lo explicaré más adelante), sino por el ambiente. El Starbucks es acogedor, de alguna manera.
Creo que me comencé a percatar de mi calidad de "cliente" cuando en la caja me saludaban por mi nombre y, algunos, hasta me preguntaban si tomaría lo de siempre.
Lo que tomo siempre:
1. Té...sí, un simplísimo té. Caliente, sea invierno o verano. El sabor del té varía según la época y según el ánimo del momento.
2. Café del día. Nada de leche, crema batida, saborizantes, etc. Simple y llano café.

Y nada más. Así de aburrido puedo ser a veces. Y bueno, iba a explicar por qué no voy específicamente por el café. Vengo de una familia con cierta cultura cafetalera. No soy un experto en el tema, eso sí, pero mal que bien sé distinguir un buen café. Y el café del Starbucks es bueno, muy bueno, pero no lo considero tampoco el MEJOR café que se pueda encontrar. Pero me doy por bien servido. En todo caso no es sólo café lo que venden, sino un ambiente agradable, buen servicio, etc. Es por eso que voy.
Lo que me encanta es todo lo que observo en el Starbucks. Primero que nada siempre te reciben en la caja con una kilométrica sonrisa. Para mí eso tiene un valor inmenso. Y bueno, aparte se ve de todo un poco. Todo tipo de gente en todo tipo de situaciones. Adultos mayores que van a tomar el té por la tarde, familias enteras que van a comer algo, grupos de adolescentes que van a fumar sus primeros cigarrillos junto con su café para sentirse adultos, parejitas, solitarios con sus lap tops, etc. Algunas vez tuve que observar con lástima alguna ruptura amorosa (llanto caleta incluído). También gileos feroces con la respectiva entrega del papelito con el teléfono y la sonrisita torpe (sí, lo admito, yo también lo he hecho).
Ya conozco casi todos los Starbucks de Lima...con el grupo cafetalero estamos haciendo una suerte de tour y de cuando en cuando nos animamos y conocemos uno nuevo. Sino vamos a NUESTRO Starbucks del Trigal (ojo, fue "tienda del año" el 2007...bien ahí!) Y bueno, gente, si alguna vez andan por algún Starbucks y ven a este andrajoso personaje fumando y tomando un té, saluden con confianza.

lunes, 28 de abril de 2008

Comienzo...

Y así empiezo. Con palabras algo tímidas y aún anónimas (así las siento). Después de pensarlo tanto ahora estoy finalmente de pie frente al público. Tan vulnerable como todos los que se embarcan en semejante proyecto, supongo.
Este blog pretende tantas cosas y a la vez ninguna específica. Supongo que iré encontrando los "porqués" en el camino.
De alguna manera considero lógico que un blog es una búsqueda de trascendencia, de "inmortalidad", de identidad...talvez una simple manera de expresarse. Talvez búsqueda de aprobación. Y, bueno, me acuso de todo esto y más. No obstante entiendo que cada uno tiene más y mejores razones que éstas para escribir.
(Ya no sé si reirme de lo solemne y pelotudo de mi discurso inicial o poner cara de serio y creérmela...ya está escrito, ni modo).
Empiezo, pues, con una mueca que parece sonrisa, un café y un cigarrillo...